-En la escultura romana es clara la influencia helénica, particularmente en las de carácter religioso, y también la influencia etrusca, sobre todo en el realismo del retrato.
Precedentes helenísticos
El retrato es una de las manifestaciones artísticas más ricas y peculiares de la cultura romana. El retrato se desarrolla en Roma como resultado de la conjunción histórica de diferentes tendencias y herencias culturales. Recoge por un lado el retrato el legado de una tradición helenística de enorme riqueza. Fue el humanismo ciudadano griego el creador del auténtico retrato fisionómico, esto es, aquella imagen plástica que busca expresar la naturaleza individual del retratado basándose en sus rasgos específicos y concretos, morales a la vez que físicos. En época helenística las condiciones sociales facilitarán el desarrollo del retrato: a la vez que arraiga la idea de un culto al monarca. Ante estos condicionantes se crea la efigie del monarca inspirado, el gobernante que entra en contacto con la divinidad. Esta imagen tiene su origen en el retrato de Alejandro del escultor Lisipo, en el siglo IV a.C., siendo muy frecuentemente copiada en época romana.
La aportación romana
El retrato romano unirá a las influencias tomadas del helenismo unos rasgos muy propiamente locales e itálicos. Uno es la tendencia a reducir y a acentuar en la expresión del rostro todas las características esenciales del personaje retratado. Por el contrario, el arte griego había concebido el retrato como una manifestación global e indivisible del hombre. El arte romano olvida las mas de las veces el resto del cuerpo: al principio representa sólo la cabeza sobre el cuello (época republicanas y siglo I) y sólo en el siglo II (a partir del Emperador Adriano) se extenderá el retrato a la mitad superior del cuerpo y al arranque de los brazos. el pragmatismo del romano le lleva a veces a elaborar por separado el cuerpo o el busto de un personaje de su cabeza, pudiéndose intercambiar esta, por ejemplo algunas efigies de emperadores de acuerdo con los cambios políticos acaecidos. Esta tendencia que busca acentuar los rasgos individuales del rostro parece tener raices itálicas, especialmente etruscas, y se han puesto de manifiesto en relación con una segunda fuente autóctona para el retrato romano: las imágenes maiorum o representaciones de los antepasados. Modeladas en cera, tal vez en un principio imitando los rasgos de una mascarilla en yeso tomada directamente sobre el rostro del difunto, son colocadas piadosamente en pequeños armarios con puertecillas a la entrada del atrium doméstico por los parientes y sucesores del difunto.
Tipologías:
1. Escultura religiosa
- En los temas mitológicos encontramos fundamentalmente copias de obras griegas.
- Se observa una tendencia evolutiva desde el idealismo griego en la República y el Alto Imperio hacia el hieratismo y rigidez de las últimas realizaciones del Bajo Imperio.
2. El Retrato
- El retrato es la aportación romana más original a la escultura. Su origen está en una antigua práctica funeraria de culto a los antepasados, que era la de crear “imagines maiorum”. Cuando algún patricio moría se sacaba de su rostro una mascarilla de cera, que se guardaba en casa y se exhibía en los funerales o en otras ceremonias públicas.
- Su característica principal, por tanto, es la fidelidad en los rasgos y en los tocados (en este caso sobre todo en el retrato femenino).
A) Período Republicano
- En los retratos de época republicana la escultura romana es de gran realismo, con los rasgos faciales muy acentuados, la escultura consiste en un busto corto, que sólo representa cabeza y cuello. Los hombres llevan el pelo corto.
- Tiene su origen en las "imágenes maiorum" de cera.
- Ejemplos:
+ Lucio Junio Bruto: romano o etrusco indiferentemente.
+ Pompeyo: de gran realismo y penetración psicológica.
+ Bruto Barberini: aunque es ya del Alto Imperio aparece con dos “imágenes de los antepasados” en sus manos; aparece de pie, son tres personajes con rasgos distintos.
+ Los retratos de Julio César, desde ejemplos realistas a otros con cierta idealización, tendencia que se consolidará al principio del Imperio desde los primeros retratos de Octavio Augusto.
B) Retratos Imperiales
- En el retrato de cuerpo entero de los emperadores del Alto Imperio encontramos tres versiones:
1. “Imagen togata”, como patricio o pontífice máximo, con toga. Ejemplo: el Retrato togato de Augusto, en el que la postura marca el contraposto y la cabeza está cubierta
2. “Imagen thoracata”, como imperator, jefe militar, o cónsul, con indumentaria militar, con coraza. Ejemplo: el Retrato toracato de Augusto o Augusto de Prima Porta, Augusto se está dirigiendo al ejército, por lo que está vestido de militar y con el brazo en alto, se esculpe con precisión el contraste entre la coraza lisa y dura y la tela blanda; la coraza está llena de relieves alusivos a la paz augusta y en la parte interior hay una figura infantil sobre un delfín, alusiva al origen divino de la familia Julia.
3. “Imagen apoteósica”, heroizado o como divinidad, desnudo, corona de laurel y el atributo de algún dios. Ejemplos: El Retrato apoteósico de Augusto o el de Claudio heroizado.
- En los retratos de los primeros emperadores, principios del siglo I d.C., se observa una tendencia hacia cierto idealismo, por influencia griega, por lo que podemos hablar de un realismo idealizado en el que los rasgos más acusados se disimulan.
- Ejemplos:
+ Los mencionados retratos de Augusto, los de Calígula, etc.
+ Pero a partir de Claudio y Nerón se vuelve al realismo romano, como podemos apreciar en el anteriormente citado Claudio Heroizado.
- En los retratos de los siglos II y III se tiende a un progresivo barroquismo, el pelo se esculpe más largo y separado de la cabeza, con rizos muy abultados, aparecen las barbas, etc. Desde Adriano y sobre todo a partir del siglo III se graban las pupilas.
- Ejemplos:
+ Adriano: obra del siglo II, los ojos están tallados y no policromados, lleva barba y el pelo está muy marcado, largo y trabajado con el trépano con mucha delicadeza.
+ Marco Aurelio: del que, entre otros varios, tenemos un magnífico retrato ecuestre en bronce del siglo II, el más antiguo de los conservados y el de mayor influencia posterior, principalmente durante la Edad Media y el Renacimiento; esta imagen tenía como finalidad mostrar a Marco Aurelio como “imperator”, como general victorioso y conquistador, pero sin embargo, al no llevar armas o armadura, parece transmitir más una imagen de paz que de héroe militar, tal y como él se percibía a sí mismo y a su reino.
+ Caracalla: ya del siglo III; Caracalla fue un emperador de carácter violento, fuerte y altanero, caracteres que quedan reflejados en su escultura.
- A partir del siglo IV, ya en el Bajo Imperio, el retrato romano se caracteriza por la rigidez y el hieratismo, que ha de pasar al mundo cristiano.
- Los retratos se deshumanizan, se pierde la preocupación por hacer retratos que se acerquen al hombre, se tiende a una esquematización que aleja al emperador de la sociedad. Por tanto, su escultura se puede considerar ya “anti-clásica”.
- Ejemplos:
+ Constantino del Palacio de los Conservadores de Roma: se trata de la cabeza de una escultura de cuerpo entero que se conserva fragmentada y que tenía dimensiones colosales; Constantino aparece imberbe y tiene el pelo pegado a la cabeza, los mechones son meras líneas, los ojos son grandes, desorbitados y desproporcionados, etc.
+ El grupo de los Tetrarcas: que representa a dos augustos o césares dándose el abrazo de la concordia y posee unas características similares a las mencionadas.
Relieve histórico:
Se trata del género que mejor representa el afán de gloria e inmortalidad del pueblo romano. La vieja costumbre de conmemorar los triunfos del guerrero y el deseo de eternizarlos en piedra, alcanza con el relieve su máxima expresión. Se trata, pues, de un género al servicio de la propaganda. Manifiesta, además, el aprecio de los romanos por la historia, que fue cultivada por numerosos autores.
El relieve narrativo estará presente en numerosas construcciones, subordinado a ellas, y siempre con carácter ornamental y propagandístico. Arcos de triunfo, columnas conmemorativas, sarcófagos, altares públicos, etc. serán el mejor soporte para este género.En el planteamiento general romano se aprecia la huella griega, el origen helenístico. Pero el romano se caracteriza por la utilización de efectos pictóricos como la perspectiva, para crear efectos de profundidad; en esto se aleja de los fondos planos del relieve griego. Los personajes colocados en diferentes planos y la introducción de elementos paisajísticos dotan al relieve romano de profundidad, pudiendo afirmarse que responde a una concepción pictórica. Su influencia será enorme en el relieve renacentista.
Aunque el relieve ya se utilizaba durante la época republicana, va a ser en la época imperial cuando alcance su máximo desarrollo, vinculado a la construcción de monumentos conmemorativos.Las obras más importantes de este género son:
· Los relieves del ARA PACIS DE AUGUSTO. Obra realizada para conmemorar la pacificación de las provincias de Galia e Hispania llevada a cabo por el emperador Augusto. En los frisos laterales se representa la procesión de la familia imperial y otras personalidades (magistrados, senadores, sacerdotes, etc.), que desfilan silenciosamente, imbuidos de una severa gravedad. La perspectiva permite representar de forma jerarquizada a estos personajes; en un primer plano los principales, en planos inferiores los secundarios. Las figuras, aunque algo idealizadas, están individualizadas, pudiéndose distinguir a Tiberio, Augusto y a su esposa Livia. El nuevo gusto por el mármol, las formas del relieve y los detalles de la vestimenta, definen el clasicismo propio de estos primeros tiempos del imperio. Esta obra recuerda los frisos del Partenón realizados por Fidias en el s. V a de C.
Los relieves de los ARCOS DE TRIUNFO:
· Los relieves del ARCO DE TITO (s. I), en Roma. Son la mejor expresión del carácter narrativo y propagandístico de este género escultórico. Representa la entrada de las tropas romanas en la ciudad de Jerusalen (Palestina) portando el candelabro de los siete brazos. Técnicamente hay que destacar la utilización de diferentes planos de forma escalonada, creando el efecto de aire interpuesto. El realismo y la ilusión espacial son las notas características de esta obra.
· Los relieves del ARCO DE CONSTANTINO (s. IV), en Roma. La decadencia de la escultura durante la época bajoimperial también se manifiesta en este género. La utilización de relieves extraídos de obras anteriores no puede ocultar la pobreza y el agotamiento estético: monotonía compositiva, personajes yuxtapuestos, acusada isocefalia, pobre modelado y pliegues duros. Estos rasgos son la manifestación de una clara tendencia a la conceptualización que se consolidará en la época bizantina.
Los relieves de LAS COLUMNAS CONMEMORATIVAS:
· La obra cumbre es la COLUMNA TRAJANA (s. II), en Roma. Representa la perfecta integración del relieve en una columna. Se trata de un relieve continuo desarrollado de forma helicoidal, que representa las campañas del emperador Trajano contra los dacios. La ilusión de espacio queda sacrificada en esta ocasión por el interés narrativo. El Horror vacui hace que toda la superficie esté esculpida. La obra constituye una crónica gráfica, un reportaje. El tratamiento plástico presenta un inusitado impresionismo, la composición y la representación responde al tipo popular y realista, alejada del idealismo helénico. La obra posee un carácter cinematográfico: representación temporal dentro de la representación espacial
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